Río Majaceite

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Río Majaceite a su paso por El Bosque

3 mar 2009

COMENTARIOS SOBRE LO DIVINO Y LO HUMANO/POEMAS

3 de marzo de 2009
Primera Guerra Mundial: Un día como hoy de 1918, Rusia y Alemania firmaron la paz.

Se publicó hace unos días en esta página un soneto de mi cosecha que gustó especialmente al amigo Emilio, principalmente por tratarse de un soneto, estrofa harto difícil de construir y que a él le merece especial respeto. El comentario que me ha enviado al respecto también viene en forma de soneto, y vale la pena reproducirlo:
Para mí, por siempre jamás ha sido
uno de los mayores retos
la gran composición de los sonetos.
Empero, para ti, no es tan temido,

según observo en éste que he leído.
Por tanto, tienes todo mi respeto,
porque has logrado hacer con dos cuartetos
y dos tercetos pulcros y pulidos,

una oda como el Tajo Colorado.
De veras, Antonio, me embeleso,
cuando escribes de modo tan dechado;

hasta siento deseos de darte un beso,
porque escribes mejor que los Machado,
y haces subir mi afecto con exceso.


De la lectura de estos versos se deduce que han sido escritos por un amigo, pues no merecen tanta loa los míos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No sé si será una alteración de la testoesterona o un lapsus en la búsqueda de la combinación adecuada para el soneto. Porque, a estas alturas, nuestro querido Emilio no va a salir del armario. Más bien, debe prodigarse con más asiduidad en el uso de las herramientas semánticas, fonéticas, de composición; con la sutilidad que siempre lo hizo. Pero, por favor, deje usted el armario en su sitio, hombre, que ya son años...
* Coda: Ironías al margen, creo que el nivel que habéis alcanzado recuerda más a las trifulcas entre Góngora y Lope de Vega. En vuestro caso, lo más bello es el hermanamiento en pos de la pureza lingüistica. Así no se pierden la métrica ni las neuronas, ni los reflejos. En suma, el lenguaje llega al sumun. Pero no paséis a la otra cera...
Saludos, Jesús B.C.

Anónimo dijo...

Aquellas trifulcas entre Góngora y Quevedo eran agrias en lo personal, no como estas emiliescoantoanianas, que son un puro divertimento y además no grescas sino mutuas loas. Véase, a modo de ejemplo, lo que en una ocasión dijo Quevedo a Góngora: "Yo te untaré mis obras con tocino/porque no me las muerdas, Gongorilla,/perro de los ingenios de Castilla,/docto en pullas, cual mozo de camino."